lunes, 18 de mayo de 2009

A MEDIA ASTA


Nadie ha notado que el día está más apático, como si Dios hubiera cerrado las cortinas de las nubes en un intento desesperado por escapar a las millones de preguntas que hoy le han invadido el Edén como reporteros de la farándula.
La gente se ve en las calles y se les nota los ojos de cinta negra que ya no volverán a leer algo que inspire a abrir la ventana y hacer las paces con este mundo de tango arrebatado.
No habrá palabras en las bocas de los enamorados, las frases más bonitas quedarán sepultadas bajo las banca de los parque entre pordioseras y huérfanas, viviendo de las limosnas que les de algún transeúnte que la mire y las reconozca por lo que alguna vez fueron: las hijas predilectas de un talentoso que se llamó Mario Benedetti.

1 comentario:

Ameyal dijo...

Ouch... Y el bello ese se vino a morir un día antes de mi cumpleaños. Para que nunca lo olvide; como si tal cosa fuera posible!!

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