jueves, 22 de enero de 2009

CARTAENLABOTELLA-8

Tenerte en mente es un oficio gatuno que abandona mi cabeza para irse a recorrer techos ajenos, maullando notas de melancolía ahogados en lo más profundo de un vino tinto. Lo malo, es que esas notas aprender a nadar rápidamente y comienzan a circular a paso de hormiga volviendo a mi puerta con hojitas verdes que lentamente detalle tras detalle, agrupan tus ojos traviesos, tu boca dulce y el aroma de tu piel como enormes montañas verdes que asoman su naturaleza de suspiro alto, obligando (sin más remedio) a que cuando estoy a solas te piense con la necia insistencia de un aguacero de Mayo.

1 comentario:

Ameyal dijo...

¿Me dejas insertar otro suspiro aquí? Solo que esta vez también tengo que hacer espacio en el paréntesis para una lágrima...
Este párrafo es una de esas cosas que por hermosas y sencillas se te clavan en el alma y hacen que te duela respirar.

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