Primero. Acepta la edad que te ha dicho y luego haz las paces con la edad que la verdad del cuerpo no puedo esconder.
Segundo. Gentilmente háblale al oído. No prometas más ni menos. Ellas no perdonan las mentiras, aunque tampoco aman las verdades. Sólo trata de vénderles un "final feliz" para esa noche.
Tercero. Fáltale el respeto. Que el papel de damas, señoras y señoritas los viven todo el tiempo y por esta ocasión ayúdalas en su perdición y déjalas asumir el mando. Tú solo calla, obedece y cumple más allá de las expectativas.
Cuatro. Desaparece. Que no se puede ser perfecto para una mujer que más que una noche. Si dura más junto a ellas tus encantos serán tus defectos y al "cielo de su boca llegará el purgatorio".
Palabra de Sabina. ¡A tu salud!
4 comentarios:
mmmmm uno y dos, cierto, tres verididco, cuatro.... no sé, tampoco es quedarse por los siglos de los siglos, pero si queda gustando y se quiere repetir? por que desaparecr tan rapido, depronto a la cuarta, quinta, sexta noche, pero no a la primera, eso si, que las noches no hayn sido seguidas
De acuerdo con Tita, eso de desaparecer despues de hacer los puntos 1 a 3 seria toda una injusticia, con lo q cuesta que un hombre logre hacer bien esos 3 puntos, y que desaparezca? así no juego.
Ha de haberte pillado a medio despertar el punto 4 y por eso, no lo has entendido.
El Maestro no podría haberte dictado eso último... No el mismo que volvió al bar a la noche siguiente a brindar con una silla vacía, soǹando escuchar la voz de su dama.
Sólo aplicable a esta mujer
Primero. Me da un gustito retorcido decir la verdadera edad.
Segundo; Acertadísimo, sólo que no me vendás nada
Tercero Ayúdame a la perdición y callemos, obedezcamos y cumplamos más allá de las expectativas
Cuarto Quédate! Te quiero al lado!
Salud!
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