jueves, 22 de enero de 2009

Monstruo Cuatro

La marcha caníbal del mundo me sigue comiendo con sus sonidos. Todo lo que quiero es noche, sueño y olvido. Pero el catolicismo hace su santería y conjuga feos demonios, sapos y culebras que pellizcan mi alma con pena y arrepentimiento. Yo me subo las cobijas a manera de hechizo, esperando que esto aleje los negros augurios de la mañana que viene con su dosis de castigo. Y es entonces cuando cierro los ojos y aprieto los labios, esperando y rezando que los primeros rayos de luz disuelvan al feo coco de la culpa que me tiene desvelado.

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